Acceso Colaboradores
Código de Referencia:
Título /Nombre Atribuído: Archivo Parroquial Nuestra Señora de Candelaria
[c]
01-01-1770
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12-12-2007
Nivel de Descripción: Fondo
Historia Archivística:
El Fondo Documental de la Parroquia de Nuestra Señora de Candelaria tiene su origen en el año 1816, cuando obtiene el rango parroquial por Auto del Obispado de Canarias. A pesar de ello, conserva documentación de la época pre-parroquial.
El Fondo Documental no ha experimentado un tratamiento archivístico en ningún momento. En la actualidad, se está procediendo al tratamiento archivístico del Fondo Documental.
Historia Institucional/Reseña Biográfica:
El origen de la antigua iglesia del Ingenio se halla en una ermita comenzada a construir en la década de 1560, dedicada a Nuestra Señora de Candelaria. Fue edificada sobre el solar que la familia Fullana-Grimón donó para tal fin. Pero también otros vecinos del lugar colaboraron para hacer posible tal obra, como el portugués Francisco Yánez, Catalina Báez, Jorge Pérez o Ana Larios (esposa de Pedro de Escobar).
Funcionó como ermita dependiente de la parroquia de San Sebastián de Aguimes hasta el 30 de noviembre de 1815, en que adquiere la categoría de iglesia parroquial, al crearse la nueva jurisdicción del Ingenio.
El aumento de población y otras necesidades hicieron necesario ampliarla en alguna ocasión. Así, en el último tercio del siglo XVIII, se alargó y añadió dos capillas laterales, con lo que adquirió una planta de cruz latina. Hacia 1821 se le construyó una torre en el lado sur de su fachada, seguramente sustituyendo a alguna sencilla espadaña que estaría ubicada en lo alto del frontis. Con la torre, la vieja iglesia adquiriró mayor empaque. En la década de 1860 se intentará ensancharla, pues era imposible acoger en su exiguo recinto a los asistentes en los actos religiosos. De todos modos, fue siempre pequeña, pues sólo llegó a ocupar 250 metros cuadrados de superficie de 4´33 metros.
A la pequeñez e incapacidad para contener una creciente población, se le llegó a añadir el inevitable deterioro causado por los años. Por ello, a partir de 1877 se emprenden acciones conducentes a sustituir la antigua iglesia de moderna factura.
Las primeras iniciativas para la construcción de una nueva iglesia parroquial se realizaron en 1881, calculándose en 100.000 pesetas el presupuesto. Los feligreses se comprometieron a contribuir con 20.000, que se pagarían parte en metálico y parte en conducción de materiales y prestaciones personales. Para obtener las 80.000 que faltaban, el párroco, D. Santiago Sánchez, solicitó del Obispado la formación del necesario expediente, a fin de elevarlo al Gobierno solicitando la necesaria subvención. Esperarían cinco años por la respuesta.
Por fin, en Julio de 1886, se recibe una Real Orden mandando estudiar el proyecto de un Templo en el Ingenio.
El Ayudante de Obras Públicas, D. Julián Cirilo Moreno, traza, entonces, un proyecto de iglesia y lo regala al pueblo del Ingenio. Ese hombre actuaba como arquitecto diocesano, aunque sin título de tal carrera. Por eso, sus planos debían llevar la firma de uno que diera su aprobación. Por lo que se sabe, Cirilo Moreno proponía una iglesia de estilo neogótico, tan del gusto de la época. Su proyecto fue muy criticado por el arquitecto municipal de Santa Cruz de Tenerife, D. Manuel Oraá, el único titulado en ese momento de toda Canarias. Sin embargo, en diciembre de 1888, la Junta Diocesana para la construcción de templos lo remitió con el resto del expediente de Madrid, esperando la subvención.
En 1888, un vecino del Ingenio, D. Francisco Dávila Ramírez, dispuso en su testamento que donaba la mitad de los bienes a favor de la nueva iglesia que entonces se pensaba edificar en este pueblo. Para ello nombró cuatro albaceas, que se encargarían de ejecutar su voluntad al llegar su fallecimiento. Éste ocurrió en 1894. Después, esos bienes fueron subastados, produciendo la cantidad de 47.178´75 pesetas.
Tal capital contribuiría a aliviar las 100.000 pesetas de presupuesto de modo eficaz, pues de la subvención solicitada al Estado en 1888 nunca más se supo. Y eso que en 1890 se recurrió de nuevo al Ministro de Gracia y Justicia, suplicándole influyera en el ánimo de la Reina regente, a fin de que se dignara concederla. Posiblemente, las graves dificultades que tuvo que sufrir la Hacienda Estatal durante todo el siglo XIX harían que la Reina se lo pensara mucho antes de conceder dinero. Pero, parece que también tuvo que ver la falta de acuerdo de los vecinos en asuntos relacionados con la proyectada nueva iglesia. Lo cierto es que la parte que faltaba para completar el presupuesto sería cubierta en gran medida gracias a aportaciones voluntarias. Y éstas no sólo en metálico, sino también en prestaciones personales, como el acarreo de materiales al que acudía casi todo el pueblo, según testimonios de personas que vivieron esos momentos y que se han venido transmitiendo.
El 27 de abril de 1900 la vieja iglesia no pudo resistir más y una gran parte de su cubierta se vino abajo. Su estado era de tal gravedad que ya no admitía remedios. Días más tarde, el arquitecto diocesano, Laureano Arroyo Velasco, dictaminó su estado ruinoso tras la observación que llevó a cabo. Ello hizo que la necesidad de levantar una nueva iglesia fuera más apremiante.
Un asunto que revistió cierta polémica era dónde ubicar la nueva iglesia. El lugar en el que se levantaba la antigua estaba en un extremo del pueblo, quedando alejada de barrios como el Ejido. Se pensaba entonces edificar la nueva en un lugar más céntrico. Como alternativas se propuso el lugar denominado La Palmita, o el conocido como El Cuarto, o también otro que llamaban Catalina Ruano (hoy desconocido). Sin embargo, la adquisición del necesario solar en estos lugares resultaba demasiado cara. Por ello se decidió ubicarla en la Plaza de Candelaria, junto a la vieja iglesia, ya que el terreno se podía conseguir mucho más barato. Finalmente, se optaría por levantarla sobre el solar de la antigua, por lo que se hacía necesario el derribo de ésta. El Obispo advertía que ello no se llevara a cabo sin contar antes con un solar adecuado en el que se pudiera seguir celebrando los distintos actos culturales y que, además, diera cobijo al Santísimo Sacramento del Altar y se le colocaran las imágenes y la pila bautismal. El problema se resolvió construyendo en primer lugar la sacristía en el solar que se hallaba inmediatamente detrás de la que tenía la vieja iglesia, derribándose la antigua para edificar la actual ocupando el solar de aquélla.
El antiguo proyecto de Julián Cirilo Moreno debió quedar en el olvido, pues en 1900 se le encomendó uno al nuevo arquitecto diocesano, Laureano Arroyo Velasco. Éste venía realizando sus funciones como tal desde 1888 en que se instaló en Las Palmas, procedentes de Barcelona.
Su proyecto para la iglesia del Ingenio se halla dentro del eclecticismo, de moda en aquellos momentos. Por ello, emplea elementos formales de diversos estilos, aunque recreándolos. Algunos de ellos de raíz bizantina, como puede observarse en la actualidad en el ventanal tripartito sobre la puerta principal. En la torre, bajo el cuerpo de campanas, se aprecian esos arquillos ciegos tan del gusto del románico. Al mismo estilo también recurre en el interior, como se aprecia en sus gruesos pilares de planta cruciforme que sostendrían las arcadas. La mayor parte de los vanos para iluminación del interior son óculos, es decir, ventanas de traza circular. Se pensaba cubrirla con bóvedas vaídas, lo que nos remite al Renacimiento. Muchos de estos elementos eran de novedad en Canarias, así como la concepción de la planta, estructurada en tres naves, cada una con su correspondiente presbiterio y coro.
Sin embargo, lo propuesto por el arquitecto en sus planos sufriría posteriormente grandes modificaciones. Éstas se debieron a las exigencias del solar y del entorno en que se levantó la iglesia y a cambios que se han de relacionar con los gustos estéticos.
El solar que finalmente se eligió para la construcción de la iglesia nueva no era llano, sino que presentaba cierta pendiente, sobre todo hacia la parte que habrían de ocupar el presbiterio y la sacristía. Eso planteaba un problema que se podía resolver de varias maneras. Una de ellas consistiría en realizar un desmonte a fin de allanar el terreno. Pero, si eso se hubiera llevado a cabo y se situaba la sacristía y el presbiterio al nivel que en el plano se proponía, entonces quedarían muy por debajo del terreno trasero a la iglesia, especialmente la sacristía, que quedaría convertida en sótano. Además, un testimonio que se transmitió oralmente se refería que se trataba de un risco muy duro, lo que con los medios del entonces se hacía excesivamente trabajoso rebajarlo. Otro remedio sería levantar todo el edificio sobre un elevado "podium", al estilo de los templos de la Roma antigua. Pero, entonces, la fachada quedaba excesivamente levantada sobre el nivel de la calle, lo que obligaría a construir una elevada escalinata de acceso. En todo caso, cualquiera de las dos soluciones sólo contribuiría a encarecer más el presupuesto. Finalmente se adoptó la solución más práctica: adaptarse a la cuesta que el terreno ofrecía. Así, el crucero quedó levantado dos escalones por encima del suelo del cuerpo de la iglesia, lo que no estaba previsto. Y el presbiterio ocho con respecto al crucero, que en principio se pensaba elevarlo sólo tres. Claro que, entonces el presbiterio perdería esbeltez. Debe ser por ello que, para evitarlo, se le dio más elevación a la iglesia proyectada. Así, la nave central que se pensaba darle una altura de 11 metros, finalmente quedó en 13´20. Por ello, la Iglesia de Nuestra Señora de Candelaria presenta en la actualidad una solemne esbeltez, como si de una catedral se tratase. Y ya solamente quedaba una diferencia de unos 1´30 metros entre la base de la fachada principal y la calle. También se salvaría mediante otra escalinata.
Es probable que también a causa del desnivel entre la nave del crucero y la sacristía se desechara el destinar a capillas las dos estancias situadas a ambos lados del presbiterio, como se proyectaba. Quedaron, finalmente, convertidas en habitaciones formando parte de la sacristía.
En el proyecto la fachada de la iglesia iría flanqueada por una única torre, en el lado norte y, al sur, la habitación destinada a albergar la pila bautismal. Pero, si ello se ejecutaba así plantearía problemas de acceso a la calle situada al norte del edificio, llamada hoy Canónigo Ramírez Espino. Por tal motivo se solicitó situar la torre dentro del recinto de la iglesia. Como ello suponía restar superficie a su interior, se propuso a largarla hasta los 33´50 metros a contar desde el presbiterio. El permiso para tal modificación fue concedido, pero ello obligó a replantearse toda la fachada. Seguramente, la torre sur, no propuesta en el proyecto, se tuvo que añadir ahora por exigirlo así la simetría de la nueva fachada que ahora se planteaba. En el interior hubo que añadir un nuevo plano a los pies de las naves, además de variar la distancia entre pilares. La tribuna del coro quedó reducida a sólo la nave central.
Las torres se ejecutaron de modo diferente a la diseñada en el proyecto. Al ocupar las calles laterales de la fachada se mezclaron sus elementos: el cuerpo bajo siguió el diseño que le correspondía en la fachada. El segundo, el que se proponía para la torre, pero sin las bandas lombardas y menos esbeltas, ya que se concluyó a la altura de la cubierta del coro. Encima se le añadió un cuerpo más, el del “ojo de buey”, no previsto en los planos. Concluía en el cuerpo de campanas que, en general, sigue al diseñado.
Siete años se tardó en construir la nueva iglesia parroquial. Pero ha de tenerse en cuenta que a los dos años y medio de comenzada, las obras ya estaban casi terminadas. La causa que motivó este hecho es que el tres de mayo de 1903 se derrumbó la mayor parte de la bóveda central, pereciendo a causa de esto dos operarios. Defectos graves en su construcción dieron lugar a ello. Por este motivo, estuvieron las obras paradas durante unos veintidós meses. Y es que no se podía continuar como si fuese un incidente sin importancia. Era necesario que varios técnicos diesen su veredicto tras examinarlo todo. Al final, hubo que tirar gran parte de lo construido por no ofrecer las garantías que se requerían. En gran medida, fue como comenzar de nuevo.
Finalmente, en enero de 1908 se dio por concluida la obra, aunque aún faltará cubrir la torre sur con su cúpula, lo que se llevó a cabo hacia 1948.
El 30 de enero de 1908, el Obispo José de Cueto y Díaz de la Maza, el mismo que siete años antes bendijo la primera piedra, procedió a la bendición de la nueva construcción.
Nota.- Texto extraído de la publicación "Construcción de la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de Candelaria del Ingenio (1901-1908)", de Aurelio Torres Santana (2008).
Reseña Bibliográfica:
LÓPEZ GARCÍA, J.S. (1985): “Notas para el eclecticismo en Canarias: Laureano Arroyo y la Candelaria de Ingenio”, en el Boletín Millares Carlo, vol. IV, números 7 y 8. Las Palmas de Gran Canaria.
SÁNCHEZ SÁNCHEZ, J. (2002): Templo Principal de la Villa de Ingenio. Gráficas Bordón.
SÁNCHEZ VALERÓN, R. (2005): La Construcción del templo de Nuestra Señora de Candelaria del Ingenio (1900-1908). Ayto. de Ingenio.
TORRES SANTANA, A. (2008): Construcción de la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de Candelaria del Ingenio (1901-1908).
Forma de Ingreso: OTROS
Observaciones del Ingreso: Producción propia
Nombre del/los productor/es:
Alcance y Contenido: Importancia trascendental de la documentación para la Historia de Ingenio
Valoración, Selección, Eliminación: Toda la documentación es original
Nuevos Ingresos: No se tiene constancia de otra documentación perteneciente a la Parroquia, a excepción de los bienes existentes del Archivo Parroquial de Nuestra Señora del Buen Suceso, perteneciente a dicha Parroquia de El Carrizal, correspondiente a Cuentas de Fábrica de la Ermita del Buen Suceso (etapa “pre-parroquial”). Dicha pertenencia al Archivo Parroquial de Ingenio tiene la explicación al no ser parroquia independiente la del Buen Suceso hasta 1907 y pertenecer a la de Ingenio.
Organización: Cuadro de clasificación e inventario
Condiciones de Acceso: Debe realizarse una entrevista personal con el Párroco José Luis Bolaños García para su consulta, expicando los motivos del mismo.
Condiciones de Reproducción: Buen estado de conservación de os documentos, por lo que se posiblita la reproducción de los mismos.
Lengua/escritura(s) de los Documentos: Castellano
Características Físicas y Requisitos Técnicos:
Estado Conservación: REGULAR
Observaciones Conservación:
Índices de Descripción:
Instrumentos de Descripción:
Existencia y Localización de los Originales:
No
Existencia y Localización de las Copias: No
Unidades Relacionadas por Procedencia:
Otras Unidades Relacionadas:
Notas de Publicaciones:
Notas:
Control de la Descripción - Notas del Archivero: Necesidad de la digitalización para una mejor conservación.
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