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Código de Referencia: ES.12005.AM/FAA
Título /Nombre Atribuído: FONDO AYUNTAMIENTO DE L'ALCORA
[c]
01-01-1893
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Nivel de Descripción: Fondo
Historia Archivística:
El fondo municipal contaba con una rica documentación, inventariada en 1925 por D. Luís Revest Corzo, datada entre los siglos XIV y XVIII, pero dichos documentos y otros no inventariados fueron destruidos durante la Guerra Civil.
En 1980 aproximadamente, se realizó el traslado del antiguo edificio al nuevo edificio que alberga el ayuntamiento, en el que se cree que se produjeron pérdidas de documentos.
En 1999 y años posteriores se desarrolló el inventariado del fondo municipal a cargo de estudiantes de postgrado de la Universitat Jaume I de Castelló.
Historia Institucional/Reseña Biográfica:
A falta de un estudio sistemático y en profundidad de los restos arqueológicos del término municipal, hasta la fecha, la presencia humana más antigua se remonta a la Edad de Bronce, si bien se trata de restos poco significativos.
Es a partir de la cultura ibérica cuando l'Alcora presenta una relativa abundancia de yacimientos, destacando de entre ellos los poblados de Montmirà y el Tossal de les Foies.
La dominación romana dejó también su huella en las partidas de Montmirà, la Pereta y, sobre todo en la de Santa, donde existen vestigios de un gran asentamiento rural de época imperial junto al Camí dels Bandejats, que unía la zona prelitoral con las tierras altas del interior y cuyo origen pre-romano parece más que probado.
En la partida de Santa también han sido halladas varias lápidas sepulcrales con epígrafe latino, hasta un total de 8, algunas de ellas ya citadas por el príncipe Pío de Saboya en el siglo XVIII. También en Santa han sido hayadas en el 2004 las termas romanas.
Los vestigios de la presencia musulmana son relativamente abundantes. Destacaremos aquí, por su singularidad e importancia, el castillo del Alcalatén, que da nombre a la comarca. Igualmente musulmán es el origen del topónimo - ya que alcora significa alquería - y del núcleo de población de l'Alcora, en cuyo centro histórico se conservan algunos elementos urbanísticos y arquitectónicos de innegable origen islámico.
El 24 de Julio de 1233 la fortaleza y territorios del Alcalatén son conquistados por las huestes de Ximén de Urrea.
El 31 de diciembre de 1305 se otorga Carta Puebla a l'Alcora. Por ella, D. Juan Ximénez de Urrea, quinto descendiente directo de Ximén de Urrea, da a poblar la "puebla de Alcora de Alcalatén", según fuero y costumbre de Aragón, a 11 caballeros y miembros de la nobleza con la condición de traer 110 pobladores más, y reservando parte de las tierras para los moros que quisieran permanecer en la villa.
A partir de la concesión de la Carta Puebla, la población va creciendo en tamaño y población en detrimento de la villa del castillo de l'Alcalatén.
En 1306, Jaime II concede privilegio a la "villa nostra de las Alcoras" para celebrar mercado los miércoles, tradición que aun hoy se mantiene.
El 31 de diciembre de 1336 Juan Ximénez de Urrea concede mandas para el sostén y construcción de la iglesia de Alcora. Fecha de especial significación histórica para la comarca del Alcalatén es 1418. Según Concordia firmada por los municipios de Lucena y l'Alcora, se acuerda entre ambos el reparto de las tierras del castillo de l'Alcaleten y la destrucción de la fortaleza y poblado aledaño.
En 1725 Don Buenaventura Pedro de Alcántara, noveno conde de Aranda, hereda el castillo de l'Alcalatén. Los Habitantes de Alcora, aparte de dedicarse a la agricultura, trabajan la arcilla en las alfarerías. El conde de Aranda, inteligente, gran observador de sus reinos, fija su atención en los 24 hornos de cántaros y alfares, ubicados en Alcora. Como la tierra era de tan buena calidad aprovechó estas circunstancias para crear la famosa cerámica de Alcora.
A finales del siglo XVIII, la villa recibe la visita de dos insignes eruditos de la época. En 1788 es el príncipe Pío de Saboya, quien localiza 6 inscripciones sobre piedras de cronología romana. En 1792 el botánico Antonio José de Cavanilles, en su recorrido científico por España, llega a l'Alcora, hallándola en plena pujanza como consecuencia de la actividad ceramista que se iniciara en 1727 ("las fábricas de loza y porcelana le han dado nueva vida").
Entre 1811 y 1813 durante la guerra de la Independencia, las tropas francesas saquean la localidad y reprimen la resistencia contra su invasión. Tras la guerra de la independencia, en 1818, el Duque de Híjar cede sus derechos señoriales a la Corona.
El 21 de marzo de 1838, en el fortín de San Cristóbal, se enfrentaron las tropas del general isabelino Borso di Carminati y del carlista Ramón Cabrera, quien consiguió mantener la posición, obligando a replegarse a las tropas de Borso di Carminati.
En 1874 y 1875, durante la tercera guerra carlista es escenario de nuevos combates. Los principales enfrentamientos tienen lugar en San Cristóbal y los montes aledaños los días 14 de junio de 1874 y 26 de mayo de 1875. Ambos supusieron derrotas para los carlistas, que se repliegan hacia Lucena y Villahermosa.
Será liberada por los ejércitos de los generales Chacón y Montenegro. Por su apoyo a la causa carlista, l'Alcora perderá en 1876 la capitalidad del partido judicial, pasando este honor a Lucena, que había permanecido fiel al gobierno constituido.
L'Alcora es fundamentalmente agrícola hasta 1960, y casi exclusivamente industrial a partir de esta fecha. El desarrollo industrial, centrado en las tantas veces mencionado "monocultivo del azulejo", tiene su origen histórico en la Real Fábrica de Loza y Porcelana del Conde de Aranda, fundada en 1727. Si bien desde un principio la manufactura del conde fabrica azulejos, no deja de ser una producción escasa y de encargo. Será a principios del siglo XX cuando comience el desarrollo del azulejo con carácter puramente industrial. La gran crisis de 1931 actuará de forma implacable sobre el sector cerámico: en 1936 sólo quedaban 3 de las 9 fábricas inventariadas pocos años atrás.
Tras la guerra civil se reanuda lentamente la actividad fabril, y sólo a partir de los años 60 del pasado siglo se producirá la verdadera eclosión industrial.
Forma de Ingreso: TRANSFERENCIA
Observaciones del Ingreso:
Nombre del/los productor/es:
Alcance y Contenido:
Los documentos más antiguos que se conservan pertenecen a la serie de Registo fiscal de edificios y solares (1893-).
Las series documentales más destacadas por su volumen y continuidad en el tiempo son:
Actas municipales (desde 1939),
Registro de entrada y salida (desde 1948),
Correspondencia (desde 1950),
Padrones de habitantes (desde 1939),
Quintas (desde 1914),
Expedientes de obras particulares (desde 1933),
Expedientes de licencia de actividad (desde 1953),
Presupuesto (desde 1937),
Cuenta de caudales (desde 1931),
Libros contables (1928),
Mandamientos de pago (desde 1931),
Expedientes de impuestos industriales (desde 1936),
Padrones de contribución urbana y rústica (desde 1937).
Valoración, Selección, Eliminación:
Nuevos Ingresos:
Organización: Sigue el cuadro de clasificación elaborado por la Generalitat Valenciana en 1987.
Condiciones de Acceso: Consulta libre con las excepciones establecidas por la legislación vigente.
Condiciones de Reproducción: Las establecidas por el servicio de reprografía del archivo.
Lengua/escritura(s) de los Documentos: Castellano, Valenciano
Características Físicas y Requisitos Técnicos:
Estado Conservación: ---
Observaciones Conservación:
Índices de Descripción:
Instrumentos de Descripción:
Existencia y Localización de los Originales:
Existencia y Localización de las Copias: Transcripción de la Carta Puebla disponible en el Archivo Virtual Jaume I de la Universitat Jaume I. [En línea] http://www.jaumeprimer.uji.es/cgi-bin/arxiu.php?noriginal=000280 [Consulta: 12/03/2009]
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Otras Unidades Relacionadas:
Notas de Publicaciones:
Notas:
Control de la Descripción - Notas del Archivero: Helena Pitarch Pitarch
Control de la Descripción - Reglas o Normas: ISAD(G)
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