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Código de Referencia: ES.28079.AGP/1.1.4.06
Título /Nombre Atribuído: 1.1.4.06. Real Sitio de Buen Retiro
[f]
01-01-1634
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31-12-1869
Nivel de Descripción: 1ª División
Historia Archivística:
Historia Institucional/Reseña Biográfica:
Los orígenes remotos del Real Sitio de Buen Retiro se sitúan en el siglo XVI, cuando Carlos I creó el denominado “Cuarto Real” o “Aposentamiento”, una serie de habitaciones junto al Monasterio de los Jerónimos, para ser utilizadas por la Familia Real como lugar de “retiro”, de ahí su nombre.
Pero la verdadera creación del Real Sitio de Buen Retiro se debe a Felipe IV y a su valido el Conde Duque de Olivares. Creado con una finalidad esencialmente lúdica, como lugar que sirviera de marco para los numerosos espectáculos y diversiones que se desarrollaban en la Corte, se convirtió en la segunda residencia del Monarca. Las obras dieron comienzo a principios de la década de 1630, siendo dirigidas por el maestro mayor Alonso Carbonell, discípulo de Juan Gómez de Mora. A partir del núcleo inicial se compraron las tierras colindantes y se fue configurando la zona palaciega. Paralelamente se fueron trazando numerosos jardines y zonas arboladas. También se idearon pajareras, leoneras y un gran estanque navegable en cuyo centro se hallaba una isleta que a veces se aprovechaba como escenario de representaciones teatrales. Numerosas ermitas, como la de San Antonio de los Portugueses, San Pablo o San Juan poblaban este Real Sitio. Otra construcción, también desaparecida, fue el Coliseo o teatro permanente.
Tras la creación del Real Sitio de Buen Retiro, Felipe IV encomendó las tareas de gobierno del mismo al Conde Duque de Olivares, que fue nombrado alcaide perpetuo en noviembre de 1633 con la facultad de nombrar un teniente y a todos los demás empleados, y haciendo la merced hereditaria en el Estado y Casa de Sanlúcar la Mayor. Pero además, se concedió al Conde Duque la prerrogativa de obrar con absoluta independencia de la Real Junta de Obras y Bosques, aunque se consideró como gracia personal concedida a la persona del valido, y mientras duró su alcaidía. Tras su fallecimiento, las tareas de gobierno encomendadas al alcaide, su sucesor, quedaron bajo la superior dirección de la Real Junta de Obras y Bosques, al igual que en el resto de Palacios y Sitios Reales. Estas funciones eran, sin embargo, realizadas de facto por el teniente de alcaide, quien además se reunía en Junta con el veedor- contador y tesorero. La Instrucción general para el gobierno de dicho Sitio data de 23 de enero de 1634. También se redactaron instrucciones particulares para los principales empleos. En el aspecto jurisdiccional el Alcaide poseía jurisdicción privativa civil y criminal con apelación a la Junta de Obras y Bosques.
Siglo XVIII. Tras la muerte de Felipe IV, el Real Sitio de Buen Retiro entró en decadencia. Sin embargo, tras el incendio del Alcázar madrileño en 1734, se convirtió en lugar de residencia obligatorio de Felipe V. Debido a ello, se realizaron diversas remodelaciones, Carlos III fue el primer monarca que lo abandonó para instalarse en el nuevo Palacio Real. A partir de este momento el Real Sitio desempeñó nuevas funciones, como la funeraria, creándose un cementerio para los servidores del lugar, la pedagógica, ya que se creó una Escuela de Agricultura y Jardinería y fundamentalmente la artística e industrial, al fundarse la Real Fábrica de Porcelanas, Más tarde, durante el reinado de Carlos IV, se añadió una función científica con la creación del Observatorio Astronómico, edificio construido por Juan de Villanueva.
En cuanto a sus instituciones de gobierno, en 1745 se decretaron nuevas ordenanzas apareciendo la figura del intendente, en sustitución del teniente de alcaide, bajo la superior dirección de la Secretaría de Estado, y no de la Junta de Obras y Bosques como hasta ahora. El empleo de alcaide, que seguía existiendo, era solo honorífico, poseedor de honores y regalías recogidas en Decreto de 29 de septiembre (p.ej. ante él juraban todos los empleados del Real Sitio, excepto el Intendente que lo hacía en la Secretaría de Estado). A partir de ahora será el Intendente quien tendrá a su cargo el gobierno político, conservativo, económico y jurisdiccional del Real Sitio. También en lo jurisdiccional, juzgaba y sentenciaba con acuerdo y parecer de un asesor, en lo civil con jurisdicción privativa, y en lo criminal de oficio o a petición de parte, apelándose las sentencias a la Junta de Obras y Bosques hasta su definitiva desaparición en 1768. A partir de esta fecha se apelaban a la Sala de Justicia del Consejo de Castilla. Por otra parte, siguió existiendo un veedor- contador, que intervenía en el gobierno económico del Real Sitio, siempre bajo la aprobación del Intendente.
Siglo XIX. En el siglo XIX el Real Sitio quedó totalmente destruido como consecuencia de la invasión francesa. Con la llegada de Fernando VII se inició la reconstrucción del Buen Retiro. Tras una labor de saneamiento, se construyeron nuevos edificios y jardines, prestando una especial atención al Reservado, o zona destinada al uso exclusivo de la Familia Real. En él ordenó levantar pequeñas construcciones de carácter recreativo, denominadas “Caprichos”, También mandó construir una “pajarera” y la Casa de Fieras, junto con bastantes mejoras en la zona del Estanque Grande donde Isidro González Velázquez construyó el Embarcadero y la Fuente Egipcia. El resto del Buen Retiro se abrió al público. Aunque el Palacio, el Teatro y otros edificios nunca volvieron a levantarse, Fernando VII instaló también en él algunas instituciones de carácter científico, como el Real Gabinete Topográfico.
En el aspecto organizativo se aprobó un nuevo reglamento. De acuerdo con el Decreto promulgado el 22 de mayo de 1814, por el que se organizaba el gobierno y administración de la Real Casa y Patrimonio bajo la jefatura única del Mayordomo Mayor, separándola de la Administración del Estado, el nuevo Reglamento para el gobierno del Real Sitio, aprobado el 22 de noviembre de 1815 recogía la existencia de una oficina integrada por un veedor, dos oficiales y un portero, bajo la órdenes directas del Mayordomo Mayor. El cargo de veedor subsistió conservando su nombre y su sueldo hasta el fallecimiento del veedor existente, tras lo cual se nombró un administrador, al igual que en el resto de los Reales Sitios. Desde el punto de vista jurisdiccional, el Juzgado de la Real Casa era el que se encargaba de todas las causas y negocios del Real Sitio.
Con Isabel II las estancias del núcleo palaciego que habían subsistido pasaron a desempeñar nuevas funciones. El antiguo Salón de Baile o Casón, en 1834 quedó convertido en el centro de reunión del Estamento de Próceres y en el ala septentrional del Patio de Fiestas se instaló en 1841 el Museo de Artillería. Se crearon nuevos paseos y en general se mejoraron sus jardines. Todo ello en el marco de una progresiva apertura al público, ya que en 1865, la Reina vendió al Estado casi una tercera parte de su extensión, y en 1867 se arrendó el Estanque Grande, convirtiéndose en uno de los lugares más concurridos, donde los madrileños podrían pasear en barca y presenciar numerosos espectáculos. Finalmente, en 1868, como consecuencia de la Revolución de Septiembre, dejó de pertenecer a la Corona, y se convirtió en el gran parque público de Madrid.
Desde el inicio de su reinado, con la separación de la rama de etiqueta de la económica administrativa en la Real Casa, el administrador se situó bajo la dependencia del Mayordomo Mayor para los asuntos de etiqueta y del Intendente para los económicos-administrativos. Por otra parte, por Real Orden de 28 de septiembre de 1848, la Administración de Buen Retiro se refundió en una única administración junto con las de Casa de Campo, Florida, Moncloa y Casino, hasta 1854. En esta fecha se separó nuevamente la Administración del Real Sitio de Buen Retiro y Casas de S.M. Y finalmente, entre 1866 y 1868, el escaso patrimonio real que quedaba en Madrid se volvió a fusionar en una única administración, la Administración de los Sitios Reales de Madrid.
Forma de Ingreso: TRANSFERENCIA
Observaciones del Ingreso:
Nombre del/los productor/es:
Alcance y Contenido:
En la documentación se encuentran tanto los expedientes gubernativos del Real Sitio, producidos por las instituciones y, posteriormente, oficinas de la Real Casa que se encargaban de su gobierno y administración, como documentación contable procedente de su Contaduría.
En ambos casos podemos encontrar expedientes sobre el Palacio, sus bosques y jardines, casas y habitaciones, personal, pero también sobre las diferentes dependencias e instituciones que se ubicaron en dicho Real Sitio a lo largo de sus más de dos siglos de existencia: Coliseo, Casa de Fieras, Escuela de Agricultura y Jardinería, Real Fábrica de Porcelana, Gabinete Topográfico, Observatorio Astronómico, así como de la Real Basílica de Atocha, Convento de los Jerónimos, Parroquia de las Angustias y de las numerosas ermitas que lo poblaron.
Valoración, Selección, Eliminación: Conservación permanente
Nuevos Ingresos: No se prevén
Organización:
Condiciones de Acceso: Libre
Condiciones de Reproducción:
El solicitante debe manifestar que destina las reproducciones exclusivamente para fines de estudio e investigación, sin finalidad lucrativa, según lo dispuesto en la Ley de Propiedad Intelectual o cualquier otra disposición legal vigente.
En caso de publicación se requiere la autorización previa de Patrimonio Nacional, así como citar la procedencia y signatura de la documentación reproducida.
Lengua/escritura(s) de los Documentos:
Características Físicas y Requisitos Técnicos:
Estado Conservación: ---
Observaciones Conservación:
Índices de Descripción:
Instrumentos de Descripción:
Existencia y Localización de los Originales:
Existencia y Localización de las Copias:
Unidades Relacionadas por Procedencia:
Otras Unidades Relacionadas:
Notas de Publicaciones:
Notas:
Control de la Descripción - Notas del Archivero:
Control de la Descripción - Reglas o Normas: ISAD (G)
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