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Código de Referencia: PE.150101.AGN/.GM//GM-CO (1-4), GM-MA (1-2), GM-AU (1-2), GM-EJ (1-3), GM-RE
Título /Nombre Atribuído: Guerra y Marina
Título /Nombre Formal: Guerra y Marina
[f]
18-04-1643
(Comprendida entre)
/
10-02-1870
(Aproximada)
Concluido el catálogo de todo el fondo se actualizaron las fechas extremas y el volumen de las unidades documentales contenidas en el presente fondo.
Nivel de Descripción: Fondo
Historia Archivística: La conformación de los fondos Coloniales del Archivo General de la Nación se remonta al siglo XVII, cuando en el Palacio Virreinal se creó un archivo encargado de la custodia de la documentación producida por la Secretaría de Gobernación del Virreinato llevada a cabo por el virrey Juan de Luna y Mendoza, Marqués de Montesclaros (1607-1615) quien designó a Sancho de Salinas, conocido como Buenaventura de Salinas, autor del "Memorial de las Historias del Nuevo Mundo: Perú", como organizador de éste archivo; al que se le reconoce como el primer archivero del Perú. Los terremotos de 1655, 1687 y 1746 causaron la destrucción del Palacio Virreinal y de las salas de la Audiencia y de la Contaduría Mayor perdiéndose gran parte de la documentación colonial. A estos detrimentos se suma la creación de los virreinatos de la Nueva Granada (1739) y del Río de la Plata (1776) que desmembró la documentación, del archivo de Lima al enviarse a ésas nuevas provincias, aquellas de interés jurisdiccional. El virrey Guirior envió doce cajones de documentación administrativa. En 1787, Benito de la Mata Linares, oidor de la Real Audiencia de Lima al embarcarse para Buenos Aires, como oidor de esa Real Audiencia, se apoderó de los documentos más importantes del archivo de la Real Audiencia de Lima; las cuáles dieron origen a la colección Mata Linares de la Academia de Historia de Madrid. En 1803 se descubrió la desaparición de importantes documentos de la Contaduría de Temporalidades, a cargo de Nicolás Granger, averiguándose que su hijo los sustraía para cambiarlos por golosinas que le vendían los comerciantes de la plaza Mayor. Al extinguirse el Tribunal de Santo Oficio en 1813, el local fue ocupado por una plebe depravada que saqueó las oficinas de la institución, llevándose cuantiosa documentación donde también figuraban los libros decomisados por la Inquisición. El 13 de Julio de 1822, se produjo un incendio en el Palacio del Marqués de Torre Tagle, consumiéndose documentación oficial de las oficinas de los tres ministerios de estado; además de robos y saqueos que se suscitaron. La documentación que pudo ser rescatada fue trasladada a las instalaciones de la Prefectura del Puerto del Callao para después ser depositada en el Convento de San Agustín. En 1835, el batallón del general Felipe Salaverry llevó parte de ésta documentación histórica al cuartel de Santa Catalina para emplearlas en la preparación de cartuchos de pólvora. El 15 de Mayo de 1861, durante el gobierno del Mariscal Ramón Castilla, se creó el Archivo Nacional conformado por los documentos de Contaduría General de Tributos de las rentas Estancadas, (tabaco y pólvora) de las Temporalidades, Compañía de Jesús, Aduanas, Cofradías Correos Inquisición, Guerra y otros ramos que se encontraban en el Convento de San Agustín. En 18 de Julio de 1873, se nombraba director del Archivo Nacional a Manuel María Bravo; quien realizó un inventario de los documentos existentes en el convento llegando a sumar 1232 paquetes y 22018 expedientes. El 19 de agosto de 1874, los documentos del Archivo Nacional que se encontraban hacinados en el convento de San Agustín se trasladan a los altos de la Biblioteca Nacional. Allí se hizo cargo un funcionario que incineró la documentación del ramo de tabacos, manifestando que era una institución extinguida. En el año de 1875 la documentación del archivo aumentó con la del Tribunal General de Minería, en virtud de una resolución suprema. Posteriormente en el año de 1878 se contabilizarían un total de 1401 legajos y 726 libros. En la Biblioteca Nacional se realizó el primer proceso de clasificación y ordenamiento de los fondos históricos, bajo la dirección de Ricardo Palma. Éste tradicionista obtuvo de Chile la devolución de diez cajones conteniendo documentación del Tribunal de la Inquisición; más tarde hizo lo mismo con los legajos de Temporalidades, fundaciones, obras pías y santa Cruzada.
Historia Institucional/Reseña Biográfica: El ente máximo del ejército colonial venía a ser la Junta de Guerra de Indias, organismo creado por Felipe III, el 27 de Agosto de 1600, con sede en la Corte española. Éste era un organismo asesor del Rey en materia de guerra, a través de él, se gestionaba las gratificaciones y premios para los militares de destacada carrera en las colonias; pero la distancia entre la metrópoli y sus colonias no permitía una eficiente administración militar. Esto se subsanó cuando el 19 de Julio de 1614, el Rey reconoció a los virreyes el supremo mando militar en sus respectivas jurisdicciones, con el nombre de capitanes generales; permitiéndoles ejercitar ese cargo por mar y tierra. Además los virreyes quedaron facultados de nombrar a sus lugartenientes y capitanes con libertad de removerlos. El segundo en el mando era el maestre de campo, o lugarteniente del general y justicia mayor de todo el ejército; venía a continuación el sargento mayor, quien era el auxiliar y reemplazante del maestre de campo en ciertas ocasiones, luego estaban los capitanes inferiores con mando sobre alfereces, sargentos menores, y cabos de escuadra, furrieles, borracheles y soldados que eran los grados inferiores en la escala de mando. Tocaba al virrey el conocimiento judicial de las causas de militares en primera y segunda instancia que debía hacerse con asesoramiento de un letrado; pero con el transcurrir de los años los asesores o auditores asumen las causas en primera instancia, reservándose al virrey las apelaciones. La guardia del reino o del virrey era la única fuerza militar que existió en el virreinato del Perú hasta el siglo XVII. Fue instituida por el virrey Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete (1556-1561). Tres cuerpos integraban ésta guardia: La Compañía de Lanceros, la de Arcabuceros, y la de Alabarderos Las dos primeras integradas por gentileshombres y la última por jóvenes soldados. La carencia de ejército organizado se alivió con la aparición de cuerpos de milicias. Éste cuerpo se convocaba en caso de necesidad y en forma voluntaria, estaba integrado por los encomenderos y vecinos de las ciudades. Cuando concluía su acción de guerra el mismo era disuelto y los soldados volvían a sus antiguas ocupaciones. Los milicianos recibían paga solo cuando estaban en campaña, acuartelados o prestando un importante servicio. Además las armas eran costeadas por el propio miliciano. Hacía 1685, existían en la capital del virreinato 53 compañías de infantería y 12 de caballería, acuarteladas eventualmente. Tropas permanentes eran en ésta época un batallón fijo de 189 compañías de infantería y 9 de caballería, más algunos destacamentos formados por mulatos, negros e indios. Soldados de todos los grupos étnicos formaban el emergente ejército virreinal. El siglo XVIII, contempló el surgimiento de un verdadero ejército virreinal. En 1760 se crea en la Metrópoli La Inspección General de los Reales Ejércitos y en 1770 el mariscal de campo Alejandro O¿Reilly es nombrado inspector general del ejército en América. Anteriormente el virrey José Antonio Manso de Velasco, Conde de superonda (1745-1761) expidió un nuevo reglamento orgánico para la plaza militar del Callao estableciendo en el Perú la Comisaría de Guerra y Marina, que se encargaría de supervisar a las tropas del Real Presidio y Fortaleza del Callao y tripulación de los navíos, con facultad de formarles cargo por el manejo de los pertrechos de guerra. Para ello suprimió los cargos de veedor, pagador general, proveedor de la armada y teniente general de artillería. Reglamento que funcionó también para las fortalezas de Chile, Capitanía General que dependió del Perú en lo militar. En 1769 Carlos III, manda aplicar en América las famosas Ordenanzas Militares promulgadas para España el año anterior. En ella se incrementan los privilegios del fuero militar para todos los militares que servían en sus tropas y gozaban de sueldo abonado por las tesorerías del Ejército.
Forma de Ingreso: ADQUISICIÓN
Observaciones del Ingreso: ADQUISICIÓN
Nombre del/los productor/es:
Alcance y Contenido:
Valoración, Selección, Eliminación:
Nuevos Ingresos:
Organización:
Condiciones de Acceso:
Condiciones de Reproducción:
Lengua/escritura(s) de los Documentos:
Características Físicas y Requisitos Técnicos:
Estado Conservación: ---
Observaciones Conservación:
Índices de Descripción:
Instrumentos de Descripción:
Existencia y Localización de los Originales:
Existencia y Localización de las Copias:
Unidades Relacionadas por Procedencia:
Otras Unidades Relacionadas:
Notas de Publicaciones:
Notas:
Control de la Descripción - Notas del Archivero: Descripción realizada por la Dirección de Colonia del Archivo General de la Nación.
Control de la Descripción - Reglas o Normas:
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