Acceso Colaboradores
Código de Referencia: PE.150101.AGN/.4
Título /Nombre Atribuído: Real Aduana
Título /Nombre Formal: Real Aduana
Nivel de Descripción: Fondo
Historia Archivística: La conformación de los fondos Coloniales del Archivo General de la Nación se remonta al siglo XVII, cuando en el Palacio Virreinal se creó un archivo encargado de la custodia de la documentación producida por la Secretaría de Gobernación del Virreinato llevada a cabo por el virrey Juan de Luna y Mendoza, Marqués de Montesclaros (1607-1615) quien designó a Sancho de Salinas, conocido como Buenaventura de Salinas, autor del ¿Memorial de las Historias del Nuevo Mundo: Perú¿, como organizador de éste archivo; al que se le reconoce como el primer archivero del Perú. Los terremotos de 1655, 1687 y 1746 causaron la destrucción del Palacio Virreinal y de las salas de la Audiencia y de la Contaduría Mayor perdiéndose gran parte de la documentación colonial. A estos detrimentos se suma la creación de los virreinatos de la Nueva Granada (1739) y del Río de la Plata (1776) que desmembró la documentación, del archivo de Lima al enviarse a ésas nuevas provincias, aquellas de interés jurisdiccional. El virrey Guirior envió doce cajones de documentación administrativa. En 1787, Benito de la Mata Linares, oidor de la Real Audiencia de Lima al embarcarse para Buenos Aires, como oidor de esa Real Audiencia, se apoderó de los documentos más importantes del archivo de la Real Audiencia de Lima; las cuáles dieron origen a la colección Mata Linares de la Academia de Historia de Madrid. En 1803 se descubrió la desaparición de importantes documentos de la Contaduría de Temporalidades, a cargo de Nicolás Granger, averiguándose que su hijo los sustraía para cambiarlos por golosinas que le vendían los comerciantes de la plaza Mayor. Al extinguirse el Tribunal de Santo Oficio en 1813, el local fue ocupado por una plebe depravada que saqueó las oficinas de la institución, llevándose cuantiosa documentación donde también figuraban los libros decomisados por la Inquisición. El 13 de Julio de 1822, se produjo un incendio en el Palacio del Marqués de Torre Tagle, consumiéndose documentación oficial de las oficinas de los tres ministerios de estado; además de robos y saqueos que se suscitaron. La documentación que pudo ser rescatada fue trasladada a las instalaciones de la Prefectura del Puerto del Callao para después ser depositada en el Convento de San Agustín. En 1835, el batallón del general Felipe Salaverry llevó parte de ésta documentación histórica al cuartel de Santa Catalina para emplearlas en la preparación de cartuchos de pólvora. El 15 de Mayo de 1861, durante el gobierno del Mariscal Ramón Castilla, se creó el Archivo Nacional conformado por los documentos de Contaduría General de Tributos de las rentas Estancadas, (tabaco y pólvora) de las Temporalidades, Compañía de Jesús, Aduanas, Cofradías Correos Inquisición, Guerra y otros ramos que se encontraban en el Convento de San Agustín. En 18 de Julio de 1873, se nombraba director del Archivo Nacional a Manuel maría Bravo; quien realizó un inventario de los documentos existentes en el convento llegando a sumar 1232 paquetes y 22018 expedientes. El 19 de agosto de 1874, los documentos del Archivo Nacional que se encontraban hacinados en el convento de San Agustín se trasladan a los altos de la Biblioteca Nacional. Allí se hizo cargo un funcionario que incineró la documentación del ramo de tabacos, manifestando que era una institución extinguida. En el año de 1875 la documentación del archivo aumentó con la del Tribunal General de Minería, en virtud de una resolución suprema. Posteriormente en el año de 1878 se contabilizarían un total de 1401 legajos y 726 libros. En la Biblioteca Nacional se realizó el primer proceso de clasificación y ordenamiento de los fondos históricos, bajo la dirección de Ricardo Palma. Éste tradicionista obtuvo de Chile la devolución de diez cajones conteniendo documentación del Tribunal de la Inquisición; más tarde hizo lo mismo con los legajos de Temporalidades, fundaciones, obras pías y santa Cruzada. Su labor fue interrumpida por la ocupación.
Historia Institucional/Reseña Biográfica: La Real Aduana de Lima instituida en 1773 durante la gestión del virrey Manuel de Amat, con el objeto de administrar eficazmente los ingresos y egresos que producían el cobro de los derechos de almojarifazgo, alcabala y avería mejorando así los ingresos fiscales de la hacienda colonial. A éste organismo se le asignó como sede el local donde había funcionado el Colegio Jesuita de San Martín. Tiene su origen en la administración de Alcabalas, entidad recaudadora que primero estuvo en manos de Cabildo de Lima (1592-1612), pasando luego a ser cobrado por el Real Tribunal del Consulado (1613-1724), posteriormente se hicieron cargo los oficiales de las Reales Cajas. La Real Aduana de Lima fue creada con jurisdicción en todo el territorio del virreinato excepto las provincias de Tucumán, Paraguay, Río de la Plata y el Reino de Chile, posteriormente a su funcionamiento se fueron creando las administraciones provinciales, concluyéndose el proceso en 1775. Éstas administraciones se establecieron en Arequipa, Arica, Cusco, Guayaquil, Huamanga, Huancavelica, Jauja, Lambayeque, Lima, Moquegua, Paita, Pasco, Piura, Puno, Trujillo y la Paz. Cabe señalar que desde que se estableció la Aduana en la capital del Virreinato peruano se instalaron receptorías subalternas establecidas en Cañete, Pisco, Ica, Palpa, Chancay, Callao, Santa, Huarochirí, y Yauyos que rendían cuentas a la administración principal. Por la importancia de la oficina se le tuvo que dotar de personal suficiente, de tal modo que para el siglo XIX existían los siguientes cargos: administrador general, contador principal, tesorero, contador de viento, oficiales mayores y menores, escribientes, asesor, escribano, vistas, alcaide, porteros, guardas mayores y de garitas, comisarios de guías, etc. Para seguridad de los caudales se dispuso que el arca quedase en la misma casa de la Aduana, bajo tres llaves distribuidas entre el tesorero, administrador y contador principal. Los principales rubros cobrados por la Real Aduana fueron: La Alcabala, impuesto que gravaba la venta o permuta de toda las cosas, muebles, semovientes y raíces; existían tres clases de alcabalas: de viento, pagada por comerciantes o vendedores forasteros; fija, pagada por los vecinos que comerciaban o vendían; y de alta mar, exigida en puertos secos y mojados sobre artículos extranjeros. El Almojarifazgo, impuesto aplicado a la entrada y salida de efectos por los puertos y las Averías que fue un derecho cobrado a los comerciantes por gastos de escolta de las flotas mercantes; perdió vigencia al establecerse los navíos de registro y se suprimió con una Real Cédula el 26 de Julio de 1776. Posteriormente la Aduana virreinal asumió el cobro de otros importantes impuestos como el Nuevo Impuesto, el Mojonazgo, el derecho de Cuarteles, el Almacenaje, la alcabala de Cabezón y el derecho de Prevención.
Forma de Ingreso: OTROS
Observaciones del Ingreso:
Nombre del/los productor/es:
Alcance y Contenido:
Valoración, Selección, Eliminación: Por ser documentación histórica su conservación es de carácter permanente.
Nuevos Ingresos:
Organización:
Condiciones de Acceso:
Condiciones de Reproducción:
Lengua/escritura(s) de los Documentos:
Características Físicas y Requisitos Técnicos:
Estado Conservación: ---
Observaciones Conservación:
Índices de Descripción:
Instrumentos de Descripción:
Existencia y Localización de los Originales:
Existencia y Localización de las Copias:
Unidades Relacionadas por Procedencia:
Otras Unidades Relacionadas:
Notas de Publicaciones:
Notas:
Control de la Descripción - Notas del Archivero: Descripción realizada por la Dirección de Archivo Colonial del Archivo General de la Nación
Control de la Descripción - Reglas o Normas:
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